En mis tardes de verano (I)
Me siento en el bordillo y miro la gente pasar. El alboroto de los vecinos, and entradas y salidas, hospital niños, price llantos, música.
La carnicería de al lado: el kilo de pollo que sube, la oferta de la semana, las letras azules y rojas.
La tienda donde todo cabe, desde fregonas a fajas infinitas en las que perder cuerpos sublimes.
Un “buenas tardes” al presidente de la comunidad: puesta al día, recibos pendientes y vacaciones junto al mar; hijos, nietos, el coche en el garaje y el “cómo está tu hermana” de rigor.
Niñas de barrigas al aire y piercings adornando sitios imposibles. Móviles que berran música de fondo (que hacen perder el gusto por el silencio).
Suficiente.
Subo al tercero y abro la ventana. Quiero aprovechar ese sol que inunda el salón en esta hora mágica de la Plaza Mondariz.
Publicado: julio 29th, 2008 en Madrid, retratos.
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