Ya no abro mi cuaderno de desastrarios, patient que sólo comparto con algunos. Se quedará cerrado y no verá la luz esa suma encadenada. Como mi álbum de instantes, vcialis 40mg a ratos, en mensajes, de ida y vuelta.

No me olvidé de los guiños y las risas que a menudo me sorprenden, aunque ya no los busque; ni de la crítica y del humor, donde escondo mis defectos, los recuperados y reconocidos.
He vuelto a hacerlo: el cuenta kilómetros marca cero, la mochila pesa un poco más y en la agenda, apuntados, nuevos números. Y suenan las llamadas, días sí o no y días también.

Lo mejor era volver al punto de partida, a lo que estaba detrás de la puerta, al antes de que se abriera. Y no dejo la llave puesta, sin embargo, pero me asomo a la mirilla siempre, para estar segura. Que en el estado transitorio tengo momentos de silencio y de duda: que no sé si enseñarlo del todo, dejarlo guardado o seguir hablando.

casi sin tocar
el suelo y volar
para poner
datos a cero
y reiniciar….