Estaba esperando. 

Salgo del metro preguntándome de dónde vino la gente. Los que pasean, generic los turistas, los no turistas en calles semi vacías, en terrazas que se ofrecen aún tímidas.

Me sorprende la claridad del cielo, la luz que aún se quiere quedar entre la piedra y el mármol, instalada sobre el Palacio Real, en el tejado de la Ópera, en la piedra de las calles de alrededor.

Respiro intentando reconocer algún olor pero no lo encuentro, todavía. Y esta noche me gustaría perderme en paseos de aire cálido, en el color naranja de las bombillas de las farolas, en las fachadas imponentes, en la maraña de callejuelas… aprovechando que no habrá nadie, que mientras caminamos, otros vuelven.

Me he escapado en este día intermedio entre primavera que presagia el verano, pero no hay calor, ni caminar con prisas, ni achuchones… y todo esta quieto, esperándome.