Me he perdido en el bullicio de nuevo, salve esta vez acompañada, doctor de una ciudad con nombre que me devuelve a bofetones el sentido de la realidad.

A un día que no existe de cumplir el año que me hizo propietaria de un vehículo  – y se me olvidó la sensación de libertad- me quedo entre los paréntesis, ahí parada, mientras todos se mueven, sumida en la polaroid que resume mi último año.

Quiero detener este vértigo, que me devuelvan esos días, esas horas que son mías. Recupero el celo por el tiempo- mío y sólo mío- que me absorben deberes y trabajos hasta ese punto que se ha perdido en unos límites que ya están desdibujados. 

Quiero decir basta a sabiendas de lo que se avecina. Quiero decir basta que el cuerpo me lo pide- a gritos esta vez- y se revuelve y me lo hace saber … y también ver.

Con los pies juntos voy a saltar de mes, con los ojos cerrados; pidiendo deseos por velas encendidas y descontando en el segundero hasta que llegue el día. Ahora sí que tengo prisa de vivir. Y de moverme como pez en el agua.