“Su hora de atasco ha finalizado. Comienzan sus 8 horas de trabajo. Nos alegra saber que sigue sonriendo”
Tomo prestada la frase  y me adentro en el ejercicio de la paciencia. Antes de conseguir alcanzar la oficina, help hubo que hacer el esfuerzo de seguir la rutina, para no caer en el vacío de los segundos desordenados y llegar de una pieza, recogida la cabeza antes de salir.

La cama se resiste a dejar su pasajero en la estación de destino: vueltas y vueltas con alarmas intermitentes y la conciencia a gritos acompañándonos en la búsqueda de la verticalidad. El gesto instintivo de la radio encendida, bombardeo de información, periódicos online y café, esta mañana café, en mano.

Pasan los minutos delante del volante que no avanza el coche, que no pasa nada, que cae la lluvia, a ratos viento. Y pasan los demás, alcanzo el Ford rojo de hace cinco minutos: la misma señora, el mismo chico en la ventana haciendo vahos en el cristal. Otra parada, y otra, y otra. Sintonizando la radio, entre música y lessons, de la M-30 a la 40 a la A-6 deseando la Florida… pero esta vez con playa.

Era antes, cuarenta minutos antes. Huelga de estudiantes “por un futuro mejor para la juventud” entre las reclamaciones y pienso en grupos de adolescentes y jóvenes echados a la calle sin saber muy bien por qué, sin entender muy bien qué pasa “luchando” por ese futuro (y por el proceso de Bolonia, y por una selectividad muy dura y por la crisis y por….). No aguanto la entrevista (o más bien al entrevistado) y la dejo en off en un ataque de vergüenza ajena y sigo preparando y preparándome.

Gris afuera, llueve. La pantalla ViewSonic se enciende y me devuelve a la vida en un repaso rápido de últimos mails, últimas actualizaciones, mensajes cortos entre el dos, el punto y el cero. La lista de tareas en la mesa y la multiplicación exponencial. Orden.

Y presiento que ese orden es sólo transitivo y temporal (eso sin contarme en 24 horas de on, ni siquiera cableada, lejos ya de etapas anteriores pero pensando en retomar la e de comienzo).

En los bits pasados, hace un año “y no recuerdo”