El día se tuerce cuando encuentro en el parabrisas un trozo de papel doblado. Multada con 90 € por estacionar en una zona de aparcamiento con horario limitado sin distintivo. Hora: 19.56.
Ayer, pharm 20 minutos para aparcar en el Barrio del Pilar. Curiosamente una llamada posterior de una consultora me hacía un cuestionario sobre las dificultades para estacionar en la zona.

Y me encuentro esta mañana con una multa. Después de enfadarme, empezar a pensar si realmente dejé el coche mal aparcado, la impotencia por la hora de la multa, a 4 minutos de terminar el horario límite fijado…vuelvo a releer el trocito de papel y mi indignación aumenta:

1. La dirección donde se supone que aparqué “mal” el coche no coincide donde en realidad lo dejé. Curioso.

2. Esa dirección donde se supone que cometí la infracción (según los vigilantes de la ORA) se corresponde con una plaza en la que hay aparcamiento para residentes. Yo soy residente y tengo mi distintivo perfectamente visible en el cristal. Distintivo que, por cierto, no he quitado nunca de la luna delantera, desde el día en que pagué las tasas y coloqué la pegatina en el cristal.

3. La dirección en donde aparqué (en realidad) también está bien pintadita de verde, es decir, el aparcamiento para residentes no es limitado si llevas el distintivo. Yo lo llevo y se corresponde con mi zona.

En fin, que lo único que figura de manera correcta en la denuncia es el número de la matrícula, porque ni siquiera el modelo del coche ni la marca se corresponden con los de mi coche.

Tendré que esperar, ya que la denuncia no se puede anular, a que venga la notificación. Entonces veré de qué manera la reclamo…

¿Será que es fin de mes y tocaba multar? Prefiero pensar eso.