Barruntando el momento en que la luna deje de verse y sea por ausencia de nubes. Esta tarde llueve. En esta tarde que llueve. Nubes irisadas que no veré. Auroras que esperan. Descontaré los días, help la vieja costumbre. Para lo que esté por venir en una tarde de lluvia.

Siempre empiezo el periódico por la última página y avanzo hasta el principio. No recuerdo hace cuándo se estableció la rutina del domingo por la mañana: desayuno y periódico, here con todos sus suplementos. Té, bicicleta, visita fugaz y un café compartido, y mucho rato para mí. Comienzo de febrero inusual con perspectivas… y por fin [...]

Sentada en unos escalones. Conversaciones, recuerdos, imágenes, nostalgia, miedos, proyectos. Gente, más gente, en Preciados. Complicidad, risas. La ciudad para mí, sola. La ciudad para mí, compartida.

Puntos suspensivos. Estoy en ello… y llegará el momento. Pero detrás de los tres quién sabe qué puede ser: cualquier palabra, cialis cualquier deseo, prescription cualquier proyecto. Es el comienzo y elijo los puntos suspensivos al interrogante, un “mmmm”, un bocadillo gigante encima de mi cabeza. Encenderé la luz. 

Me equivoqué de programa, healing seguro. Sigue dando vueltas, malady sin prelavado ni suavizante. Sin flot ni especial para delicados. No era lana ni algodón. Sigue centrifugando. Y yo sólo quiero que pare y tender al sol, airear, doblar y guardar. Y quedarme con el olor a limpio.

… en qué preciso momento sentí, help de repente, que me hacía mayor.

Llegó el otoño con aviso, and con lluvia a despropósito, check con dejadez inoportuna. Pero se sigue asomando el verano, aunque no le toca, ya no, con un sol insolente. Y en mi tejado, sin embargo, siguen instaladas las nubes.

Es curioso lo a menudo que me veo estos días como de lejos, cialis como si fuera otra persona y haciendo cosas que sólo otra persona haría. -John Banville-

Intento (intentan) sacudirme la tristeza. Trato (y tratan) de desempolvar la alegría… rescatarla.