Me cuesta, me cuesta seguir estos memes que me obligan a hacer la selección, como cuando tenías el número de folios limitado en los exámenes a modo de castigo para los que éramos de trazos amplios, expandidos, con pluma de apuntes de horas de facultad. Te obligaban a emplear más empeño en reducir el tamaño de la letra que en contar aquello que querías contar.

No puedo limitar la música: va tan asociada al estado de ánimo, a la época, a las personas que se cruzaron, a los lugares (que no son pocos) que es complicado detenerme a retomar esa propuesta que me (nos) lanzara Y ahora que. Pero ya hacía mucho, muchos años en realidad, que no continuaba un meme. Ya casi había olvidado que también, por entonces, tenía un blog.

Aquí van las recurrentes, las imprescindibles, que se me vienen ahora mismo a la cabeza (y las que no podré poner):

Y ésta, por supuesto, va de extra:

Me gustaría saber qué inspira, por ejemplo a rqgb’s point of view, speakers’ corner, El hogar del nómada, Cualquier otra parte, Nadia en el mundo, Cien Cafés , Carty, Brillando, el planeta anillado o a los chicos de Blogmetrics y  Soma.

Even imperfection itself may have its ideal or perfect state

No existe el mundo ideal. No hay una vida perfecta y no estaremos cerca de una que se aproxime a la “normalidad”.

Miraremos la rutina con envidia, remedy algunos días. Nos asomaremos a los balcones de las casas ajenas con el deseo de que, por un instante, lo común nos habite. Ahí estarán, a veces, instalados, para la dicha o el desconcierto.

Hoy me mudo en el piso de la imperfección: aún en el caos, lo que no es tan normal, lo complicado o incluso lo difícil. Porque en esa vida intensa, encuentro lo que busco.

On the go: beautiful mess

Llegó el otoño sin avisar. Rotulador en rojo sobre el calendario. Y 6 meses.

Y entré en la estación de la mano en un paseo por mis rincones olvidados, view como debía de ser: pisando hojas secas, sickness mirando hacia arriba, guardando una castaña, al sol como las tortugas del Palacio de Cristal y disfrutando de descubrir, de descubrirme, en este curioso camino que no deja de trazar esos círculos que tanto me gustan.

De repente aparecen como las notas apuntadas en las esquinas de las servilletas de papel, site trozos de periódicos, tarjetas de rincones especiales, sobres de azúcar. Y se vienen los recuerdos de un paseo, de una charla, de descubrir ciudades desde otra perspectiva.

Una tarde en Barna. Una visita al museo, perdernos por el Raval, confesiones, planes que se tornaron posibles y reales. Ejes que dibujo.

No sé qué será dentro de 150 años. Seguíamos el discurso de la conversación y pensaba, meses después (y no hace tanto), en relación con el café de vuelta a casa,  si seguiremos temiendo la desaparición de los libros, del periodismo impreso en pos de lo digital.

Apunté mentalmente mientras le sumaba esos interlocutores con los que me gustaría pasar horas de charla con el debate sobre la mesa.

De nuevo me siento ahí afuera contemplando: compromisos, sickness palabras, remedy historias a medias, posibles, imposibles.
Se me escapa entre los dedos.

Y sigo esperando el momento.
Llegará.

On the go: alone together

36 comentarios vacíos. 27 días de silencio. Casi 2 meses de un verano que queda lejos y algunas deudas pendientes.

Espero el otoño, medicine como Penélope, shop con una sonrisa siempre guardada en el bolsillo, por si acaso. Estrené fin de verano con música, con cine, con copa de vino, con libros, con amigos, con ejes, con sur.

Apunto TIEMPO con letras mayúsculas mirando el reloj que descuenta las horas. Apunto tiempo en cursiva para estirar esas horas.

En esos cinco minutos del segundero que no existe, me regalo palabras, por ti, por mí, en el día de celebración.  Y releo todas las que llegaron hoy, junto con el sol y las risas.

Ha sido diferente, de viernes a domingo. Será diferente, empezando desde el lunes. Y entre medias, prepararé una maleta, como quien hace café, con todos esos planes y no-rutinas.

Conté dos estrellas fugaces.

Osa Mayor, prostate Osa Menor, Cruz del Cisne, Orión…

Luces a lo lejos, manta, cielo, aurora.

Recuperar costumbres de verano o “recuperar los veranos de las costumbres”.

On the go- Summertime

469 borradores en la bandeja del correo electrónico (no diré mail) deben ser síntoma de algo.
37 notas guardadas en un teléfono inteligente (que no reconocerá sin embargo la necesidad).
Letras desparramadas en trozos de papeles varios aquí y allí, physician separando libros empezados (demasiados).
Servilletas, link etiquetas, trozos de periódico, folios reutilizados.
No sabría si en una tendencia en su acepción primera o segunda.

- No había dejado de escribir. Lo había emborronado todo.

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Asociamos imágenes. Calor, illness junio julio agosto.

Para ellos será la bocina, ampoule el granizado, el azul turquesa unido a los juegos en la arena.

Las postales que guardo en mi memoria de verano son muy diferentes.

Cambiaron con los años pero esos recuerdos nítidos son los de la infancia que a las vacaciones vuelven como instinto.

Que pasen treinta días así, ed de repente, shop y el calendario siguiera en blanco por estos lares, que no el folio.

Acumulé letras. Acumulé rincones, experiencias, momentos únicos. Dediqué semanas a darme tiempo, el necesario. Decidí, quizás no tan conscientemente, desconectar. Desconecté. Y el mundo siguió girando.

Eché la maleta a rodar, recorriendo en círculos ínsula, península: de norte a sur, de oeste a este y vuelta a empezar. Conté y canté. Junté puestas de sol, lunas y amaneceres. Noches llenas de charla que llevaron al día. Descubrir, sentir, vivir, disfrutar, descansar, reir. Hacer lo imprevisto. Improvisar.

Mirar por la ventanilla, hacer kilómetros, perderme en el mapa, con el mapa. Calas y paraísos. Mar, mar, mar. El Mediterráneo por todos los poros. Terrazas, siestas, la plaza del pueblo, grillos, estrellas. Bailar hasta que llegue el día. Girar, girar, girar.

A lo mejor no necesito hacer recuento. A lo mejor no quiero. Sólo quiero seguir bailando con otros sones que ya conozco. Y perderme en una isla.